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Creación, evolución o qué - por Daniel Galatro


¡Hola, amigos!

Mi novela "Otro Génesis posible" busca seguir llegando al mundo, esta vez por un nuevo camino.

Así es. Y seguramente lo logrará como lo ha logrado en estos ocho años que se iniciaron cuando la escribí. Lo que me permite contarles algunos entretelones nunca revelados antes acerca del proceso de creación.

De pronto, aún viviendo en Ensenada, Provincia de Buenos Aires, sentí la urgencia de escribir un resumen de las ideas aún poco claras que circulaban por mi cerebro en relación con la aparición de los seres humanos en el planeta.

¿Cómo explica la Biblia el tema? ¿Un individuo con las características de Moisés y en esos tiempos pretéritos podía haber sabido tanto acerca del nacimiento del Universo, de nuestro planeta y de los primeros seres humanos con la precisión suficiente como para narrarlos en forma de sencillo relato apto para ser comprendido por sus contemporáneos? ¿O la única explicación aceptable es que alguien muy superior se lo haya revelado? ¿Y cuándo y dónde y cómo ocurrió eso?

¿Cómo explica la ciencia esos mismos interrogantes sobre el origen de lo que vemos? Porque los científicos de cada época dieron razones adecuadas al nivel de sus conocimientos, siempre escasos, siempre mutables. Y así surgieron teorías que continuamente fueron modificando para aceptar, en el caso de la vida, la posibilidad darwiniana de un proceso evolutivo/adaptativo que pareció una buena explicación hasta que por estos días se la considera muchos menos valiosa que a fines del siglo XIX.

¿Cuál es la explicación que dan quienes afirman que todo sucedió según quien manejó la creación y maneja la evolución a través de sus enviados extraterrestres lo decidió y decide?

Impulsado por una fuerza extraña, me senté ante una antigua PC para escribir compulsivamente toda la novela. Todo brotaba de mis dedos sobre el teclado y me iba enterando del contenido a medida de que lo leía en la pantalla. No era la primera vez que me ocurría al crear algún relato pero esta vez tenía mucha más fuerza.

De ese modo, combinando mis no pocas experiencias en el tema con ideas nuevas, búsquedas de información de todas las fuentes a mi alcance y otros elementos surgidos de quién sabe dónde, me encontré siendo el protagonista de una historia que realmente hubiera querido vivir. Porque en ese momento y hoy mismo soy solamente un lector sorprendido por lo que descubre o recuerda al transcurrir la novela.

Si bien no existió nunca el Álvaro por el que se comienza a desarrollar la acción, sí son reales Clemente, el padre Carlos, León (fallecido en 2012), Nicolás, mi amiga tarotista, la periodista Pilar, mi experiencia en Tacuarembó, la cita fallida con el comandante de una flotilla extraterrestre, el hipnólogo Edgar, y muchos otros personajes, sucesos y lugares. Por supuesto, adaptados a un relato que debería parecer ficticio para la mayoría de los lectores pero con visos reales para aquellos que hubiesen participado de situaciones así.

No estuve nunca en Londres aunque, de haber visitado esa ciudad, hubiese probablemente realizado el recorrido que expongo en la novela. Tenía ese mapa que usé como guía, visité los sitios turísticos para conocer y detallar sitios reales, formas de llegar y horarios de visita. Pude así ubicarme en Oxford o en Cambridge y caminar imaginariamente sobre el Puente Matemático para luego tener la supuesta reveladora entrevista con la bibliotecaria. Pero no sé dónde hallé recursos como, por ejemplo, la maqueta que pudo contener el mensaje. Esa idea, como muchas otras que se plasmaron en el relato, seguramente me fueron dictados de alguna manera. No fueron frutos de mi creación personal.

Así se gestó esta historia que, evidentemente, está gestada para futuros lectores más que para los actuales. A mis amigos contemporáneos les cuesta leerla porque la ven rebosante de datos que desconocían o sobre los que prefieren aceptar otras explicaciones. Y quizá sea ése el destino que quisieron darle quienes me la dictaron.

Me gustaría que la leyeran muchos y algunos de ellos se tomaran la molestia de analizarla. Un par de estos últimos quizá encuentren en su contenido claves reveladoras de un nuevo Génesis que hace imprescindible una actualizada concepción de la Biblia, de la ciencia y del Universo. Sería sorprendente hasta para mí mismo. Porque aún no he alcanzado a comprender si realmente el relato encierra esas claves reveladoras o es solamente un juego literario que ayuda a repensar esos temas.

Finalmente les diré que mi objetivo cercano es que, como mis amigos lo lograron con un caso sorprendente vivido por 1983, miles de personas puedan conocerlo a través de la televisión internacional. O tal vez convertido en una película que lo transporte a muchas mentes ávidas de saber más sobre algunos temas que sienten que la mayoría ignora o da poco valor.

Este 8 de octubre de 2014 decidí escribir esta nota para ustedes porque lo sentí necesario o, quizá, porque quienes me inspiraron la novela también me impulsaron a hacerlo.

Un saludo afectuoso.
Daniel Aníbal Galatro
danielgalatro@gmail.com

Para hurgar en la novela, les sugiero comenzar por:
http://otrogenesisposible.blogspot.com.ar/2014/10/otro-genesis-posible-indice-daniel.html


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