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El fin del mundo al alcance de la mano


Otra vez se anuncia "el fin del mundo". Esta vez con el respaldo de una supuesta profecía maya que en realidad habla, en todo caso, de otros asuntos. Y, por si fuera poco, con el aviso previo mediante una película presentada con bombos y platillos que solamente fue un ruido desagradable y discordante pese a que se esperaba algo un poquito mejor.

Pero como el film resultó un fracaso, el subsiguiente fin del mundo real también lo será. Es que estas historias dignas de siglos ya superados no pueden ser creídas más que por espíritus temerosos que suponen un final catastrófico que no saben en realidad cual podrá ser, para un mundo que tampoco llegan a concretar en algo material definido.

El Universo no parece tener forma de acabar su existencia bruscamente, digamos en un único lapso minúsculo comparado con su ya bastante larga existencia. Salvo que fuera solamente una proyección de realidad y una inteligencia superior decidiera accionar una especie desconocida de switch y pasarlo de "on" a "off", sin previos títulos finales. Entonces aparecerían los créditos de tal proyección muy brevemente porque mostrarían un único responsable de dirección, producción, guión, etc. A menos que aparezcamos los protagonistas, miríadas de seres racionales que pudimos participar de esta historia desde los más diversos confines de un espacio multidimensional que ni siquiera llegamos a conocer mínimamente.

Considerando que es improbable para nuestro modo de pensar que algo sí ocurra, y siendo como es nuestro modo de pensar la única vara de que disponemos para intentar medir, quizá "el mundo" sea solamente este pequeño planeta que gira alrededor de una estrella sin relativamente significación para el resto de los soles, ni siquiera los que comparten esta vía láctea, una galaxia más de un vasto número que parecen andar por allí.

¿Puede destruirse nuestra nave Tierra en un simple incidente universal? Por supuesto que puede, pero es más probable que lo haga tomándose el tiempo necesario para dejar de existir y no resumir el final de un planeta tan importante para nosotros empleando un choque con algún meteorito suelto que nos parta al medio como si fuésemos un miserable cascote más, sin valor para el resto de sus copartícipes del inmenso conjunto.

Triste final para un lugar considerado alguna vez el centro del Universo, con el resto girando a su alrededor para permitirnos sentir dueños y señores. Triste final, aunque quizá merecido.
¿De qué valdrá sentirse propietario de una parte de algo cuando ese algo se convierta en nada? Quedaría un puñado de pedruscos dirigiéndose a nuevas locaciones pero sin seres vivientes que pudieran apreciarlo. Una conclusión justa e igualitaria que nos arrasaría textualmente ya que haría reinar la famosa muerte, niveladora desde nuestros orígenes.

Tenemos el fin del mundo al alcance de la mano, al menos hoy. ¿Nos veremos defraudados una vez más cuando temamos lo peor y no llegue como se anuncia? ¿Qué misteriosa frustración competiría entonces con un alivio inexplicable, fruto de ese espíritu de supervivencia que trata de mantenernos respirando aunque no sepamos bien con qué fin?

Por ejemplo, estoy que estoy escribiendo ahora, a poco más de tres días del final profetizado, sería leído por apenas un puñado de congéneres y luego se convertiría en nada, como usted y como yo. Demostraría que este acto mío fue inútil, como el resto de mis actos y los de mis semejantes, sean cuales hayan sido sus acciones. No habrá una generación futura que encuentre restos de nada pues todo se habrá volatilizado, quizá, en esa eclosión final. Y los periódicos del día siguiente no competirán para relatar el más que impresionante suceso que por única vez destruyó el planeta. Porque ya no habrá día siguiente con testigos para dar detalles del incidente.

Y si no se termina el mundo, ni siquiera suponiéndolo formado solamente por este planeta, el 22 de Diciembre nos levantaremos como todos los días y veremos que sigue habiendo gente buena y de la otra, haciendo cosas buenas y de las otras, buscando sobrevivir y, si es posible, progresar, según cada uno entienda este verbo para su vida.

Dada la existencia de esa posibilidad muy probable, viendo que se avecina el final de un año más de nuestro calendario gregoriano, porque algún calendario debemos tener, me apresuro a felicitar a los mayas por el protagonismo que han logrado en estos días, mucho mayor que el que alguna vez habían logrado. Y que nos hayan dado un motivo más para reflexionar acerca de nosotros mismos, lo cual nunca está de más.

Porque la vida que vivimos sin saber realmente por qué ni para qué, nos pone a muchos a las puertas de la fe, viendo que la razón no nos resulta útil. Fe en la existencia de algo más o en la inexistencia de ese mismo algo más.

Te deseo lo que creas mejor: que el mundo se acabe o que no se acabe. Alguna vez será verdad el presagio, ahora o dentro de mucho tiempo. En mi caso personal, no será un hecho importante para mi vida porque nada inevitable lo es.

Acabo de darme un gusto. Escribí esto y lo lancé al Universo: ese espacio-tiempo que comparto en este instante con mucha gente. Entre ellos, con alguien especial: tú. Y lo valoro realmente.
Gracias por leerlo. Me has hecho, quizá, un poco inmortal.

Daniel Aníbal Galatro
Diciembre 17 de 2012
danielgalatro@gmail.com

11 comentarios:

  1. Como siempre, acertado en tus comentarios amigo Daniel. Estoy seguro de que si ese supuesto fin del mundo estuviese firmado y avalado por las máximas autoridades del gobierno mundial, las mas poderosas cadenas informativas se pelearían por ocupar la primera fila y así poder grabar el extraordinario evento para poder ocupar el prime time de la audiencia, tal es el ansia exhorbitada de la búsqueda de la noticia mas impactante
    Sólo los muy cándidos o psicópatas pueden creer a pies juntillas que algo así sucederá sólo porque los astrónomos mayas lo predijeron hace varios siglos, sin saber que lo que predijeron esos fabulosos astrónomos fue que por éstas fechas entrábamos en un nuevo cambio de ciclo, esperemos que mejor para nuestra evolución interior
    Un abrazo
    Paco

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    1. Querido amigo: Será cuestión de seguir intentando jugar lo mejor posible en este desafío que es la vida. Cometeremos errores, quizá muchos más que los que desearíamos, pero la sana intención nos hará ganar el perdón que esperamos merecer. Que tengas unas fiestas muy felices junto a tu familia. Olga y yo tenemos un afecto especial por ustedes y agradecemos las sonrisas que cada día pones en nuestros rostros, y también las reflexiones que nos envías para reforzar nuestras almas y nuestros pensamientos. Un abrazo grande desde Esquel.

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  2. Hola Daniel.
    Hemos estado hablando durante años sobre Borges pero ahora el tema que nos ocupa es algo que dijeron los Mayas hace años. Creo que nos equivocamos en dos apreciaciones: 1- creer que como nosotros somos finitos, todo tiene que tener final. 2- que los Mayas hablan del fin del mundo cuando en realidad hablan del fin (de un periodo)como paso previo a un comienzo (de un periodo) en que debe haber un cambio pero no relacionado con el universo sino con nosotros. Tal vez lo que los Mayas hablaban cuando suponían el final es que si no entendemos esto, se referían a nosotros los humanos y no al universo ya que la tierra seguirá dando vueltas como lo viene haciendo desde hace años. Saludos Gustavo Costas.

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    1. Querido Gustavo: Nos comunicamos poco por estos tiempos pero eso no disminuye en nada el sentimiento que nos une desde hace casi cuarenta años. Leyendo tu mensaje me volvieron a la memoria cantidad de imágenes vinculadas con aquellos tiempos en que era cliente de la ferretería de tu inolvidable padre, o cuando estábamos absolutamente enloquecidos pretendiendo filmar Las Ruinas Circulares. Pero también mucho más recientes en los momentos en que conversaba sobre vos y sobre tu hermano con tu maravillosa mamá, o cuando veía tus fotos con la bata de doctor. Quizá algún día escriba sobre el muchachito que escribía sus relatos a máquina y luego los armaba en forma de libro para que alguien como yo pudiera ser quizá el primero en leerlos y maravillarse. Y tal vez otro día me detenga en mi bicicleta en el lugar preciso que accionaba la entrada a un mundo subterráneo fantástico, o frente a la carpa en la que se escondía un león peligroso que permitía al hermano de Jesucristo experimentar todas las posibilidades de un acontecimiento. Inolvidables momentos que me hiciste vivir y que agradezco que hoy, tantos años después, pueda comentártelos y revivirlos de alguna manera. Te deseo mucha felicidad, un sentimiento profundo cuando surge de la reflexión como lo es en tu caso. El nuevo período que anuncian los mayas te encuentra preparado y eso me hace sentir muy bien. Espero estarlo yo también. Desde Esquel, un abrazo mío y otro de Olguita, también tu ferviente admiradora.

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    2. Querido Gustavo: Haciendo bien las cuentas, no son casi 40 años sino casi 50. No se sabe qué es en realidad lo que llamamos "tiempo" pero quizá exista realmente y no cesa de transcurrir. En fin, dejemos que así lo haga. Un abrazo más.

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  3. El tiempo pasa y...
    debe ser cierto lo de que el tiempo es relativo fijate que podemos resumir casi 50 años en pocos reglones. pero la memoria si que es algo extraño fijate que podés recordar cuentos que no volviste a leer en todos estos años. Vos me servís como bacap (si, ya se que no se escribe así) porque todos esos cuentos se me perdieron y solo dos personas en el mundo los recuerdan, estoy tratando de reescribir la Vida y las Combinaciones de Letras. Me acuerdo también de las filmaciones de Las ruinas circulares que volvieron a mi memoria cuando vi un estadio en Colonia y cuando leí Otro Genesis Posible que lo mencionás entre la busqueda de los zetarreticulianos. Tal vez, yo tambien sea el primero en leer alguno de tus libros porque Las Verdaderas razones las leí en manuscrito y supe por qué el veneno extraido de la Amanita Revelis se llamaba revelina. Que el 21 nos encuentre filosofando, escribiendo o leyendo... y si no... no valía la pena.

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  4. Un abrazo fuerte y ... ya terminaremos de filmar Las Ruinas Circulares y nadie podrá saber como el maquillaje hace parecer que algunos personajes sean 40 años más grande...

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    1. Habremos de recurrir al que fue el maquillador de las escenas que filmamos. Nos dimos, sin saberlo, el lujo de que participara como tal alguien que estaba dando sus primeros pasos en la cuestión: Oscar Mulet, hoy famoso en el medio artístico. Un berissense de Villa Paula al que acercó Juan, protagonista de nuestra película, vecino y amigo de Oscar.
      Si él figura en los títulos como maquillador, todos creerán que los ancianos que aparecen en la pantalla son en realidad jovencitos envejecidos por el arte de Mulet con costosos productos Helene Curtis que me mandó a comprar en un negocito del centro de Buenos Aires.

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  5. ¡Qué curioso debe resultar para muchos el leer un diálogo como éste en el que se mezclan realidades y ficciones imbricándose como escamas de un pez para formar un único conjunto que envuelve la relación! Porque de tanto ejercitar estas formas ya no sabemos si somos como hablamos o hablamos o somos. Y es verdad, en muchas cosas somos "back-ups" mutuos. Y nos van saliendo aletas, ya que Olga está "prendida" a este intercambio intentando incorporar sus propias opiniones. Sabe más que yo, parece, porque habla de una máscara que ella dice saber cómo se hace, entremezclando sus acotaciones con saludos para los oseznos. Y no desentona, porque es también un cóctel de realidad y ficción que a veces divierte y a veces asusta. Por eso siempre comento que vivir con ella es como vivir en la montaña rusa. Creo que es lo que necesitaba para esta etapa de mi existencia, y un marco como Esquel, ambas cosas que quizá no me hubiera atrevido a imaginar que se darían salvo en alguno de mis escritos o de los tuyos.
    Ese don que recibimos y que nos permite decorar los sucesos comunes con una capa de ficción o de hiperrealismo nos hace asumir tales sucesos como parte de nuestras vidas-novelas, incontrolables, simplemente complejas o complicadamente simples. Y algún final previsto por antiguos - que hoy disputan su profetización entre mayas y aztecas - sería un último capítulo espectacular, digno de una superproducción hollywoodense.
    Sé que de aquí al ya renombrado 21/12/2012 morirán cientos de miles de personas para quienes este mundo se habrá terminado pero también nacerán otros cientos de miles para los que comenzará. Y como algunos de los por fallecer quizá puedan leer mis escritos pero no podrán hacerlo los recién nacidos o por nacer, me apresuro a escribir algún par de cosas más para reforzar la evidencia de estas que llamás "combinaciones de letras" que darán fe de mi paso por el planeta, un tema que seguramente interesará mucho a muy pocos, algo a unos cuantos más y nada a la enorme mayoría de congéneres.
    Un abrazo y voy en busca de tu otro comentarios, preanunciado por mi ángel custodio que me sugiere que lo haga o seré víctima de horribles sufrimientos que ella misma se ocupará de infligirme.

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  6. Tal vez los que lean estos diálogos y no los entiendan es porque no conocen el Complejo Cultural España 76 a la vuelta de aquella Escuela n°2 donde fui cuando todavía estaba en la primaria. O tal vez no leyeron Funes el Memorioso. O tal vez no entiendan que la mayoría de los cuentos que escribimos trataban de cosas fantásticas que ocurrían en las calles de nuestra ciudad al alcance de nuestras manos. Me acuerdo de Mulet y Lupac. La peña fotocine de 8 mm y el olor que tenía el maquillaje para simular arrugas.
    Pero decile que no se desesperen a todos los demás Porque alguna vez vamos a escribir nuestras memorias en conjunto de unos años que fueron productivos en cuando a la inventiva de ideas.
    un abrazo fuerte a vos a "tu montaña rusa" y por hoy cierro el capitulo.

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  7. Quizá lo que llamamos "mundo real" sea solamente un producto de la imaginación. Y quizá cuando creemos que estamos imaginando estemos viviendo la verdadera realidad. "Sé igual", diría el sabio filósofo ya desaparecido Minguito Tinguitella (¿ficticio o real?). Tenés razón: que no desesperen nuestros admiradores ni los otros siete mil millones que nos ignoran. Si no se acaba algún mundo, el de todos o el individual nuestro, ya hemos comenzado aquí el relato de nuestras aventuras y desventuras, que dará para mucho. Pero será en tiempo y forma. Además, alentamos a nuestros seguidores a participar de estos comentarios libremente (libre+mente).
    Hasta la próxima.

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