Estuche de piel rosada,
llevas en tu vientre un niño.
El misterio de la vida
va por el mundo contigo.
Sé que a veces sientes algo,
como un temor sin sentido,
como un miedo a no saber
lo que será de tu niño.
Sumergido en tus entrañas
lo sientes bien protegido;
se va formando despacio
en la penumbra del nido.
Pero ha de salir un día.
Dejará lo conocido
para comenzar, llorando,
lo difícil del camino.
Y sufrirá como tú
lo que tú ya has sufrido,
pero tendrá las sonrisas
que también tú has tenido.
¿Por qué no podrás guardar
en tus entrañas al niño
para que, dentro de ti,
esté siempre protegido?
Estuche piel rosada,
temes lo que yo he temido:
¿Qué mundo estará esperando
a los hijos que quisimos?
No temas, mujer, no temas.
Será muy fuerte tu niño.
Podrá enfrentar victorioso
hasta lo desconocido.
Pero necesitará
todo ese amor compartido
de madre, esposa y mujer;
de padre, esposo y amigo.
Estuche de piel rosada,
llevas en tu vientre un niño.
Bendita seas, mujer.
Eres un milagro vivo.
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